Inkas, Personas y Jaguares
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La Situación Política en el Río de la Plata de 1480 a 1580
Hoy iniciamos una serie de entregas sobre la situación política y económica en el Río de la Plata, comenzando por el año 1480 fecha en la que constatamos la intervención Inka en el norte argentino, un hecho trascendental que acarreó importantes consecuencias para las sociedades del Tucumán, el Chaco y el Río de la Plata. Este hecho inició un proceso que no se detuvo tras la caída del Cuzco a manos españolas sino que antes bien continuó y se amplificó al conectarse con el mercado europeo tras la fundacion de Santa Fe, Buenos Aires y Corrientes en las décadas de 1570 y 1580.
Simultáneamente hay que tener en cuenta la expansión de los guaraníes autodenominados “Los auténticos seres humanos” o más simplemente “Las Personas“, quienes por medio de confederaciones de ciudades se propagaban en un inmenso territorio que iba desde el norte del actual Brasil hasta el Río de la Plata, presionando fuertemente las fronteras orientales del Imperio Inka y disputando con ellos la hegemonía de bastos territorios y los pueblos que los habitaban.
Uno de ellos eran los Charrúas o “Pueblo Jaguar“, macroetnía que englobaba a varias parcialidades que compartían el mismo modelo político basado en pequeñas bandas autónomas y autosuficientes , de baja densidad demográfica si los comparamos con los anteriores pero que controlaban la boca del Río de la Plata y estaban muy bien relacionados tanto con las sociedades de Pampa y Patagonia como Querandíes como con pueblos del Brasil como los Kaingang.
No podríamos entender la historia del Río de la Plata en esta época sin comprender el entramado político en el cual se movían estos pueblos.
El Poder Hegemónico del estado Inka
Detras de la invasión inka de finales del siglo XV había un auténtico plan estratégico que los españoles hicieron suyo, no en vano a mediados del siglo XVI y frente a las sociedades de las tierras bajas los conquistadores españoles se presentaban como “hijos del sol” rodeados de funcionarios inkas y manteniendo el ceremonial andino.
Este plan iniciado por inkas y terminado por españoles se enmarcó en un proceso de origen nativo y que tuvo que ver con la relación entre los Andes y las tierras bajas, un proceso que comenzó muchos años antes de la llegada de europeos a la zona y que para mediados del siglo XV condicionaba la política del Tucumán, Chaco y Río de la Plata que se veía influenciada por el poder emanado desde el Tawantinsuyu, un estado pluri-étnico, hipercomplejo y masivo el cual con sus doce millones de habitantes se hacía notar en mayor o menor medida en el resto de américa del Sur.
El Cuzco que se caracterizaba por la fuerte sistematización de sus acciones elaboró un plan de intervención sobre las tierras bajas del sur que se encontraban más allá de la frontera andina, un plan de acción consistente primero en la exploración y posterior incorporación de los territorios que ellos denominaban Tukma, Chaco y Pampa, y que luego los españoles mantuvieron con el nombre de Gobernación del Tucumán.
Este plan fue establecido como política de estado durante el gobierno del emperador Wayna Qhapaq como parte de su política expansiva desde que en 1493 asumió la maskaipacha, la corona inka, si bien es cierto que venía siendo política de estado de los gobernantes anteriores. Así lo escribe el historiador inka Santa Cruz Pachacuti Yamqi en su conocido libro “Relación de las antigüedades deste Reyno del Piru,” escrita en 1613. Allí nos dice que ya en 1471 durante el gobierno presidido por Tupak Inka Yupanki:
“los chiles hazían gente de guerra para contra el inga y entonces depacha un capitán con veinte mil hombres y otros a los guarmeoaucas y chiles y Tucuma”. (( Cita de Ana Lorandi en “La Frontera del Estado Inca”, en su trabajo “Los Diaguitas y el Tawantinsuyu”pg. 205. Ed. Abya Yala, Quito 1998. ))
El Frente de Expansión Guaraní
En la misma época los guaraníes no dejaban de expandirse desde su zona nuclear en el Guayra -actual Paraguay- hacia los contrafuertes andinos, amenazando las poblaciones aliadas al inka las cuales vivían fuera de la frontera militarizada pero mantenían fuertes lazos con el imperio y que estaban bajo su protección. La expansión guaraní también se producía hacia el sur, hacia el Río de la Plata guaranizando a las poblaciones locales. (( Esta expansión no fue un fenómeno repentino sino que fue un porceso de muy largo recorrido. Desde la arqueología se afirma que incluso hacia el año 200 ya hay tradiciónes cerámicas tupi-guarani en la provincia de Corrientes, Argentina. Véase Arqueología de cazadores recolectores en la Cuenca del Plata Centro de Estudios Hispánicos de Santa Fe Argentina – 2010. Gabriel Cocco y Ma. Rosario Feuillet Terzaghi (Compiladores) ))
Durate el siglo XV los ataques guaraníes a las fronteras del Tawantinsuyu se vuelven cada vez más frecuentes en un proceso que irá increscendo y en paralelo a la construcción de una frontera militarizada por parte de los reinos aymaras primero y de los inkas después. En la época que nos ocupa las incursiones guaraníes hacia esa frontera del imperio se vuelven un verdadero problema para el estado inka al provocar miles de refugiados que solicitan la protección imperial.
Con la llegada de los primeros exploradores europeos a la zona a principios del siglo XVI comenzaron a documentarse alguno de esos ataques e incluso los guaraníes en algunos casos permitieron a sus nuevos aliados acompañarlos. Así por ejemplo en 1524, Maraty’á, nombre con que los guaraníes denominaban al portugués Aleixo García que había llegado al Río de la Plata en la expedición de Juan díaz de Solís, acompañó una incursión de unos 2.000 guaraníes que atacaron las ciudades del reino de Charkas, asolando la zona hasta que el ejército inka lo rechazó.
En el Río de la Plata mientras tanto los guaraníes influyeron culturalmente sobre otras sociedades pre existentes como chanás, timbúes, charrúas y querandíes. Los guaraníes eran portadores de un ethos mesiánico más agresivo respaldado por una dotación demográfica mucho mayor que las sociedades pámpidas las que se organizaban en grupos de unas veinticinco personas mientras que las Tavas o ciudades guaraníes podían albergar hasta tres mil habitantes. Sin embargo los guaraníes no llegaron a controlar la tierra adentro sino solo la ribera de los ríos y las islas del delta del Paraná.
Charrúas, la ruta del Jaguar
Así, y a pesar del dominio guaraní de los ríos, los extensos y ricos pastizales que se dilataban desde el río Paraná hasta la costa del atlántico, con sus puertos incluídos continuaron siendo dominados por los charrúas, portadores de un modelo político basado en la movilidad de grupos pequeños y autónomos, muy eficientes a la hora de controlar el territorio. Este hecho será importante pues al controlar los puertos del atlántico y las rutas que se adentraban en el continente, los charrúas serán un factor clave para el acceso de manufacturas europeas que comerciantes portugueses, franceses e ingleses comenzarán a traer a estas costas. Desde época muy tempranas veremos así la competencia económica entre la costa atlántica brasileña y uruguaya que junto a la provincia de Entre Ríos formaban el territorio charrúa con Santa Fe y Buenos Aires en manos de los guaraníes primero y de los españoles despúes.
Para el año 1580 nos encontramos con un escenario donde por un lado los españoles y sus aliados inkas están intentando conectar el Potosí con el mercado Europeo “abriendo las puertas a la tierra”, asegurando los puertos de Santa Fé y Buenos Aires pese a la oposición guaraní. A los inkas y sus aliados Qara Qara tambien les convenía debilitar a las ciudades guaranies de donde partían las oleadas que asolaban sus fronteras.
Y por otro lado en la otra orilla del río Paraná comienza a forjarse un proceso paralelo donde los dirigentes Charrúas se dan cuenta del potencial que tiene para ellos una alianza con portugueses, franceses e ingleses.

Un charrúa-guenoa negociando con un comerciante europeo. Los charrúas intercambiaban corambre (cuero tratado), refugio e información estratégica a cambio de armas, herramientas, ropa y articulos de lujo (detalle de un mapa de Benjamin P. Breen)
Los caminos
l Río de la Plata ha sido desde siempre una zona permeable por naturaleza, un territorio de confluencia tradicionalmente a merced tanto del influjo de la zona andina como de las corrientes migratorias del Atlántico. Inmensa área surcada por innumerables rutas que la entrecruzaban y comunicaban.
A finales del siglo XV los troncos de comunicación eran principalmente tres: el Qhapaq Ñan de los inkas, el Tapé Avirú de los guaraníes y las Cachoeiras de los charrúas.

El Qhapaq Ñan, era la red vial del estado inka la cual viniendo desde los Andes Centrales conectaba los reinos mineros y agrícola-ganaderos del altiplano andino y los valles del norte argentino con el río Paraná a través de los ramales del Pilko Mayu que terminaba en la ciudad guaraní de Lambaré, hoy Asunción del Paraguay, y el ramal del sur o Kachi Mayu (Río salado) que terminaba en la ciudad de Qara-Qara Añág, hoy Carcaraña en la provincia argentina de Santa Fé. A este sistema vial protegido militarmente y asistido por un complejo de tampus (puestos de abastecimiento) los españoles lo llamarán posteriormente “Camino Real”.
El Tapé Avirú (en guaraní dela época Pe Abirú, camino de pasto aplastado) por su parte era la ruta guaraní que unía la costa atlántica del Santa Catarina, Brasil con los Andes Bolivianos pasando por el Iguazú y el Paraguay y que se continuaba fluvialmente a través de los ríos Parana y Uruguay conectando con la ruta marítima que seguía la costa uruguaya y brasileña del Atlántico. Este sistema unía las Guaras o “Provincias” guaraníes de Karihó, Itatí, Tapé, Chandú y Chiriguanos, que conformaban la confederación pan guaraní en expansión.
Las Cachoeiras Charrúas, eran finalmente las rutas que unían la costa oriental del río Paraná, es decir las provincias de Corrientes y Entre Ríos en Argentina y donde precisamente terminaba el Qhapaq Ñan, rutas que cruzando los pasos naturales del río Uruguay atravesaban la Banda Oriental y el sur de Brasil hasta llegar al Atlántico. Estas rutas seguían desde tiempos inmemoriales las migraciones estacionales de la fauna y conectaban los diversos ecosistemas explotados por los charrúas. Posteriormente se convirtieron en una clara competencia económica del Camino Real español al ser el itinerario seguido para intercambiar productos controlados por las autonomías charrúas con la oferta de buques franceses e ingleses, flujo económico que las autoridades españolas consideraban “contrabando”.
De los Andes al Atlantico
En la imagen superior vemos una escena dibujada por el inka yaro-willka Don Felipe Huaman Poma que a fines del siglo XV representó magníficas escenas de la sociedad que en la que vivía. En la escena vemos al Qapac Ñan Kamayuc, el más alto funcionario imperial de vialidad del Tawantinsuyu el cual era asistido sobre el terreno por administradores regionales e ingenieros a uno de los cuales se lo ve recibiendo intrucciones. Pueden observarse asimismo los caminos principales y secundarios, los tambos para el abastecimiento y el Ushnu (abajo a la derecha). Los Ushnus eran dispositivos político-religiosos que se implantaban en lugares estratégicos para mantener en armonía el medio ambiente tanto social como ecológico (( Para entender la integración entre política, tecnología y religión en América vease “La integración de Naturaleza y Cultura” )) .
Dado que parte de la dirigencia política indígena del siglo XVI y XVII participó en la articulación de la administración estatal precolombina con la administración colonial española, un corpus de valiosa información sobre rutas, itinerarios, postas y zonas de abastecimiento de la red vial que unía los Andes con las tierras bajas y los puertos atlánticos fue transmitida de los dirigentes indígenas a los europeos.
Dichos conocimientos atravesaron todo el período colonial y se legaron después a las administraciones de las repúblicas post coloniales llegando hasta nuestros días. Las actuales carreteras principales de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay no son más que la evolución de aquellas rutas. Sin embargo y a a pesar de los siglos en muchos tramos puede reconocerse todavía la arquitectura antigua.
En las imágenes siguiente podemos ver tramos del Qapaq Ñam, El Tapé Avirú y las Cachoeiras.
Inkas. Un Tramo del Qapaq Ñam a la altura de Pasco, Perú. (( Imagen tomada de la nota “También el Qhapaq Ñan pasa por Pasco” Publicada en Revista CreSer el 13 de marzo de 2013. Huánuco-Pasco. Perú ))
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Guaraníes. Un tramo del Tapé Avirú. Trilha do Peabiru, en Garucá, Estado de Santa Catarina, Brasil. (( Las coordenadas donde fue tomad ala imagen son 26° 5′ 48.25″ S 48° 53′ 45.15″ W. Fue tomada por Zaedoz$808 y Publicada en Panoramio Google Maps and Google Earth. ))
Charrúas. Un tramo de una Cachoeira remodelada a la altura del Río Queguay en La Banda Oriental. República Oriental del Uruguay.
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ntender como se hizo efectivo el control de estas rutas por parte del estado inka, de las confederaciones guaraníes y de las autonomías charrúas para conectar los mercados andinos con los mercados de las tierras bajas y el atlántico será fundamental para entender el flujo económico y simultáneamente echar luz sobre la política del Río de la Plata entre los siglos XV yXVI.

Los guaraníes llegaron a las montañas andinas subiendo por el Tapé Aviru y continuando por el Qapaq Ñan. Detalle de una ilustración de Jean Bapties Debret
Además intentaremos no solo relatar hechos históricos registrados por observadores indígenas y europeos sino también dilucidar los modelos político-económicos subyacentes en esos los hechos. Se trata de modelos que a priori incluirían tres formas muy distintas de ver el mundo, de explotar los recursos y de praxis política, formas diferentes que sin embargo ínter-actuaron intensamente y que determinaron posteriormente el carácter de invasión y colonización europea de la zona.
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Estos modelos fueron:
- El estatal Inka, políticamente dual y económicamente vertical, hipercomplejo y capaz de administrar un estado pluri-étnico de más de 12 millones de personas.
- El modelo de las “Auténticas Personas” que es como se autodenominaba la sociedad guaraní, la cual estaba signada por una profunda crisis y se debatía entre la pervivencia de ciudades independientes y una innovadora unificación estatal.
- Y finalmente el modelo de los “Hermanos del Jaguar”, los charrúas, elaboración teórica que propugnaba la organización política a partir de pequeños grupos autónomos y autosuficientes.
Tres modelos para un conflicto global.
Hijo del Sol, Auténtico Ser Humano o Hermano del Jaguar…política pura y dura en el antiguo Río de la Plata.