La cueva del tigre. Yaguá Cuá

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Recuerdos de la infancia y del origen del universo

En nuestra tierra hay muchas Yagua Kua, cuevas del tigre. Los abuelos las tenían en gran estima, sobre todo por el tigre. Sabiendo lo importante que era el yaguareté para ellos en tanto representaban todo lo que un guerrero puede desear: fortaleza, valor y misterio. Además, decían, el yaguareté es el único animal que nos puede comer, pero al que nosotros no comemos.

Por ello no es de extrañar que abunden cuevas del tigre, tanto en Entre Ríos como en Corrientes y en la otra banda del Uruguay. Han pasado a nuestra tradición folklórica como lugares de referencia obligada y hoy día el turismo ha sabido explotarlas por su atractivo a la vez de leyenda y belleza natural.

Pero para mí siempre habrá una cueva del tigre. De hecho me sorprendí mucho cuando descubrí que había otras. Pues siempre creí que la única cueva del tigre era la que me enseñó mi madre cuando yo tenía tal vez 7 años. “¡ Mirá !  -me dijo la primera vez que me llevó a conocerla-  “Ahí arriba esta la cueva del tigre”.“¿Dónde mami? ¡Yo no veo nada!” dije mirando hacia lo alto de un barranco rodeado de bosque tupido y que daba al río Uruguay.“No. Si no se ve, mi hijo. No se ve pero está ahí”.

Fue en una de esas largas caminatas que daba mi madre Teresita Rodriguez, la Kiti,  y a las que a veces me llevaba, siempre al atardecer, en aquellos increíbles paisajes de la costa del río de la vieja Federación. “No se vé, pero ahí está” ésa es tal vez la parte más atractiva de la cueva del tigre.

Por alguna razón, cada vez que nos acercábamos bajábamos la voz hasta casi un susurro, como si el tigre pudiera oírnos y saliera de la cueva. Era a fines de los ’60 y tal vez no hubiera ya tigres en Entre Ríos. O tal vez sí. ¡Quien sabe!

Me parece que ya no es posible ir a esa cueva del tigre y saber como era, ahora estará bajo las aguas de la nueva Federación. Pero yo cierro los ojos y veo ese instante, y ese lugar. Es una imagen que me lleva a las viejas tradiciones de mi tierra y a los momentos mas felices de mi infancia en Villaguay, Chajarí, Curuzú Cuatiá… Por ello cuando empecé a buscar un nombre para este blog, sabiendo que iba a escribir de todo aquello y aún de más atrás, encontré que éste nombre podía representar lo que quería expresar.

Costumbres, historias y leyendas de nuestra tierra. Recuerdos en definitiva, no sólo míos, sino también de mi familia y amigos que son el universo.

Querría que se tratara de un blog donde encontrar cosas que creíamos olvidadas pero que están vivas. Cosas de las que nunca hablamos, pero que forman parte de nuestra vida. Tal vez así pueda hacer visible lo que parece que no está pero vive en nosotros.

>>Leer la siguiente entrada:

¿Porqué la Chamarrita es entrerriana

y el Chamamé correntino?>>

 

 

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